Llegamos a casa, yo me dirigí directamente a mi habitación, me recosté en mi cama y deje que mis ojos se cerraran solos. Soñé algo muy raro, estaba en una solitaria calle, llovía y hacia mucho frío, divise una sombra entre los árboles, pero no podía ver quien era debido a la oscuridad, aclare mis ojos; era Bill.
- ¡Bill! – lo llame.
Bill se quedo plantado en el suelo sin hacer nada.
- ¡Bill! – lo llame una vez mas, pero Bill hizo caso omiso, levanto una mano agitándola, como diciendo adiós. Una lágrima recorrió su perfecta mejilla. Se dio media vuelta y camino en sentido contrario a mí.
- ¡No! ¡Bill, vuelve! – sentía como la respiración se me iba, de pronto mis pasos pesaban una tonelada, me invadía el pánico, el saber que nunca mas volvería a ver a Bill me desesperaba. Derepente una mano toco mi brazo. Me desperté de golpe.
- ¿Me llamabas?
- ¿ah? ¿Qué? – dije confundida. Al asumir que todo había sido un sueño, pude aclarar mi mente - ¿a que te refieres?
- Dijiste mi nombre como unas tres veces dormida.
- No, no fue nada, solo fue un sueño.
- ¿sueñas conmigo? – arqueo una ceja, sonriendo.
- Ya quisieras.
- Admítelo, no cuesta nada.
- TU sueñas conmigo, admítelo – trate de enojarlo, pero no funciono como había planeado.
- Si, lo admito, sueño con tus hermosos ojos, - acaricio mi mejilla – co tus hermoso cabello, con tu hermosa boca… - a medida que decía esto se iba acercando mas y mas hacia mi, hasta que su boca toco la mía. De veras disfrutaba esto, pero la pregunta era: ¿Por qué?, ¿Por qué de pronto empezaba a sentir cosas tan extrañas?, en serio, no quería esto, nos podría hacer daño a mí y a Bill. ¿Por qué de pronto me importaba lo que le podría pasar a Bill?
Bill se inclino hacia mi, tomo mi rostro y me beso dulcemente, palpando mis labios cuidadosamente con los suyos, el beso de a poco de torno mas apasionado, esto hizo que nuestras respiraciones se agitaran, tomé su cuello para tenerlo mas cerca de mi, no quería que se alejara ni un centímetro, Bill cayó delicadamente sobre mi, lo presione mas contra mi, sentía su piercing juguetear entre nuestras lenguas, de un momento a otro yo estaba sobre Bill, mis manos se perdían en su mohicano, mientras nuestras respiraciones eran cada vez mas agitadas, sus carnosos labios me invitaban a probar de ellos, les hice caso, mordí el labio inferior de Bill, el se estremeció un poco, pero seguimos en lo nuestro. De repente un ruido nos detuvo abrí los ojos como platos y me separe bruscamente de Bill.
- vamos – tomó mi cuello y me acerco hacia el, lo detuve poniendo una mano en su pecho.
- Bill, no por favor – no se notaba muy convencido - …por favor.
Bill suspiro y puso los ojos en blanco.
- esta bien.
Me quite de encima del cuerpo de Bill para sentarme nuevamente en la cama, Bill se paró, se veía desanimado.
- Por favor, Bill – le rogué nuevamente.
- esta bien, esta bien.
Sonreí en forma de agradecimiento y Bill me devolvió la sonrisa.
- buenas noches – Bill se acerco a mi, me tomó de la cintura y me beso dulcemente.
- Buenas noches.
Me recosté sobre la cama sin cerrar los ojos. Esto era muy extraño, de a poco empezaba a aceptar lo que estaba pasando, pero tenia miedo, miedo de que nos descubrieran, miedo de que luego de un tiempo Bill ya no fuera el mismo de ahora, miedo de perderlo y yo no poder soportarlo, miedo de herirlo, miedo de esto anormal que me estaba pasando, se esfumara de un día para otro. Pero no podía ser tan egoísta, y pensar en solo lo que yo quería, necesitaba que Bill dejara de sentir estas cosas extrañas, no quería perderlo, no, eso nunca, pero no podía dejar que pusiera su vida en peligro.
Con mi cabeza revuelta en todos esos pensamientos, mis ojos se fueron rindiendo de a poco.
Al día siguiente me levante, el día estaba nublado, y no me sorprendería si luego lloviera, me fui al living, quería ver televisión para despejar mi mente, pero eso no ocurrió, Bill apareció detrás mío.
- Hola – pegué un salto, no sabia que el estaba ahí – perdón por asustarte – se veía divertido por el hecho de asustarme.
- Hola – me gire para verlo, y Bill me arrebató un beso de la boca. Me separe de el lentamente.
- ¿Qué ocurre? – me miró preocupado, tratando de descifrar en mis ojos que era lo que ocurría.
- Tengo miedo.
- ¿miedo de que? – Bill se acerco a mí quedando nuestras frentes y narices rozándose.
- De esto.
- Tranquila, no pasará nada - me beso dulcemente.
Genial, justo en el momento en el que tengo que parar todo esto, Bill me besa. Los besos de Bill eran como una especie de trampa mortal para mí, pero tenia que ser fuerte, lo aleje de mí poniendo una mano en su pecho.
- No Bill, basta – dije apunto de estallar en llanto.
- Tu… solo quiero que me respondas algo – me quede en silencio - ¿me amas?
- …no puedo… no quiero
- Pero me amas – las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos.
- Bill, no podemos estar juntos
- No me haz respondido.
- Bill, basta. Haz tu vida y yo haré la mía.
- Mi vida es contigo.
Sentí que explotaría en lágrimas, Salí corriendo por la puerta principal, quería alejarme de todo, quería estar sola, pero sabia que no aguantaría por mucho tiempo, necesitaba a Bill. Odiaba necesitarlo tanto.
Corrí con todas mis fuerzas lo más rápido que pude, ¿hacia donde? Ni siquiera yo lo sabía. Cuando los pies ya no me dieron más me eché en el césped, había llegado a una plaza, no había nadie en ella. Lo único que pude hacer al caer al césped fue llorar, llorar como nunca había llorado, amaba a Bill, y eso lo sabia muy bien, pero no podíamos estar juntos, somos unas simples maquinas, dos maquinas enamoradas no le servirían a David, de seguro nos separarían, y eso no lo soportaría. En ese momento deseaba que nada de esto hubiera pasado, prefería no tener sentimientos, y que Bill tampoco los tuviera, a estar haciéndolo sufrir, no soportaba la idea de que Bill sufriera por mi culpa.
Las lágrimas no dejaban de caer de mis ojos, iba una seguida de otra, y no paraban, era como si estuviera llorando todo lo que no había llorado en mi vida.
Levante mi cabeza, ya estaba oscuro. ¿Había pasado todo el día llorando? Me trate de parar torpemente, en el primer intento caí al suelo, trate de pararme nuevamente, y lo logre, apenas. Me fui caminando hacia casa, cuando llegue vi una notita en la mesa.
‘David ha salido, dijo que volvería tarde’
- ¿Bill? – lo llame, pero nadie respondió.
Fui a su habitación, talvez estaba dormido. Abrí la puerta lentamente para no hacer ruido, no quería despertarlo, pero fue en vano, no había nadie. Observe su cama, había una nota: ‘Te amo y siempre te amare. Ve al puente si no quieres que haga una estupidez’.
Empalidecí. Algo en mi se contrajo bruscamente, no quería imaginar a que se refería con ‘estupidez’, no quería imaginar lo peor, pero si ‘lo peor’ ocurría, todo seria culpa mía. Corrí a mi habitación y cogí las llaves de la casa que se hallaban a los pies de mi cama. Salí corriendo de la casa, sentí agua en mi cara, estaba lloviendo, las gotas golpeaban mi rostro como miles de diminutos cuchillos, mis piernas me pesaban, pero seguía luchando contra ellas, no quería que nada le pasara a Bill, y mucho menos por mi culpa.
Llegue al puente en poco tiempo, subí por la pequeña inclinación del puente, pude divisar una figura sentada en el barandal, con los pies fuera del puente, me acerque un poco mas, Bill era esa figura.
- ¡Bill!
viernes, 16 de abril de 2010
viernes, 2 de abril de 2010
Cap 2
Los pelos se me pusieron de punta.
- ¡Bill, hay que irnos! – dije en un susurro desesperado.
- tranquila, sujétate fuerte – me mostró su espalda para que me subiera en esta. Bill corrió rápidamente, casi como un rayo, hasta el auto, me subí rápidamente al asiento del copiloto. Bill ya estaba dentro del auto, giro la llave y arrancamos a casa.
Al llegar me fui directamente a mi habitación, me puse el pijama y luego fui a la cocina por algo de comer. Allí se encontraba Bill con el ‘pijama’ puesto, si se podría decir pijama, solo estaba con un pantalón de buzo puesto, dejando al descubierto parte de su perfecto y blanco cuerpo, se podía ver perfectamente su tatuaje al costado de su cuerpo, su piercing en la tetilla, y un poco de su tatuaje cerca de la cadera.
- ¿Qué te paso allá? – dijo sacando helado de la heladera.
- ¿Qué?
- ¿desde cuando te pones nerviosa cuando cazamos?
- No tengo idea
- Estaba yo ahí…
- Si, ¿y?
- Nunca tienes miedo mientras YO este ahí contigo – dijo recalcando la palabra.
- ¿de que hablas?, claro que no
- Claro que si – dijo dando un paso adelante.
- Claro que no – dije imitando su acción.
Sin darme cuenta, acabe muy cerca de rostro de Bill. Trate de separarme de el, pero Bill tomó mi cintura, me acercó mas a el, y estampo sus labios en los míos. Se sentía… bien, ¿Qué?, Amy, ¿tu dijiste eso?, no, no puede ser. Bill se separo lentamente de mi.
- claro que si – dijo ‘retomando’ la pelea.
- ¿estas loco?, ¿Qué haces? – dije en una mezcla de nervios y rabia.
Bill sonrió y arqueó una ceja. Puse los ojos en blanco y me marché a mi habitación. Bill me siguió a esta.
- vamos – dijo como un niñito quejón que quiere su juguete devuelta.
- Bill… ¿has bebido?
- No
- ¿entonces que te pasa?
- Sabes que igual quieres
- ¡vas a dejar de…!
Bill no me dejo terminar la frase, y presiono fuertemente sus helados labios contra los míos, como lo había hecho hace pocos segundos, su lengua pidió permiso para encontrarse con la mía, y mi boca inconscientemente la dejó pasar, pude sentir su piercing, una pequeña bolita de metal que jugueteaba entre nuestras lenguas. Lo aparté bruscamente y le di una bofetada. No pareció dolerle, pero hizo una mueca de disgusto.
- ¡hey!
- ¡¿Quién te crees que eres?!
Sus ojos felinos me miraron con furia.
De repente se escucho un sonido desde la habitación de David.
- ¡vete, vete! – dije en susurro – David nos puede ver
Lo arrastre hacia la puerta y luego Bill se volteo para mirarme.
- esta bien, esta bien, me iré, pero no trates de creerte tus propias mentiras – bufé.
Bill me besó nuevamente, pero lo aparte de inmediato y cerré la puerta de mi habitación en su cara. Sentí sus pasos hacia su habitación. Luego apoye mi espalda contra la puerta cerrada. Estaba confundida. Creí que la mejor forma de aclarar mi mente seria irme a mi cama y dormir, pero no sucedió como lo planee, apenas pude dormir en toda la noche, estuve toda la noche pensando en lo que había pasado con Bill. ¿Qué carajo le pasaba?, ¿Por qué había hecho lo que había hecho? Amy, eres una maquina, olvídalo. Me decía a mi misma, pero de nada sirvió.
Al día siguiente David nos llamo a su oficina, genial, andaba con un humor de perros gracias a lo de Bill, y ahora a David se le ocurría mandarnos a cazar.
- chicos, siéntense.
¿Qué pasaba? David nunca nos hacia sentarnos.
- tengo que hablarles de algo importante.
- ¿Qué ocurre? – pregunte confundida.
- Chicos… - hizo una pausa – me entere de lo que paso ayer.
el aire se fue de mis pulmones, esto no podía estar pasando, David se había enterado de lo de Bill y yo.
- ¿Q-que?, n-no es lo que piensas.
Rayos, mis nervios no me ayudaban mucho, me alteraba el hecho de que a Bill no le parecía importar que David sabia lo de nosotros, estaba tan calmado, como si lo que había pasado la noche anterior era algo natural.
- Tranquila, solo traten que la próxima vez no los vean.
- ¿Qué? – pregunte confundida.
- Salieron en las noticias, un hombre los vio ayer en la playa, pero por suerte no los reconoció. – el aire parecio volver a mis pulmones. David no sabia lo de Bill y yo.
- Eehm.. OK.
- ¿nos llamaste solo para eso?. – pregunto Bill.
- No, tienen que ir a kurfürstendamm 38, ustedes sabrán que hacer.
- claro, si Amy no mete la pata de nuevo – trate de pegarle un puñetazo en el brazo, pero el detuvo este con su mano
- basta – dijo David en tono de regaño – solo asegúrense de hacer bien su trabajo, no me interesa si están enojados o no.
Me fui frustrada al auto, como siempre yo fui en el asiento del copiloto, y Bill en el asiento del conductor. Llegamos a aquella casa, era grande, no había nadie dentro de esta, al parecer.
Entramos por la puerta y revisamos cada rincón de la casa, pero no vimos a nadie, derepente vi una puerta al final de un pasillo, no habíamos revisado esa habitación, aunque no tenia ninguna esperanza viva de encontrar a alguien ahí, ya habíamos hecho bastante ruido al revisar la casa, ya nos habría escuchado.
- hey – dije llamando a Bill – nos falto esa – dije señalando la puerta.
- No vaya a ser que nos vean de nuevo – puse los ojos en blanco.
- Solo abre la maldita puerta.
Bill abrió la puerta silenciosamente, me sorprendí al ver lo que había dentro de aquella habitación, era un hombre durmiendo placidamente en una gran cama. Al parecer el hombre nos había oído, y abrió sus ojos confusamente, luego, al caer en la realidad puso cara de horror. Típico de los humanos. Yo clave mis ojos en los suyos.
- vamos – dije fríamente, no quería estar cerca de Bill, solo quería llegar a casa y encerrarme en mi habitación.
Bill se dirigió a la puerta y yo lo seguí. En el camino a casa nadie dijo nada, no entendía nada, parecía una persona distinta a la de ayer, talvez había bebido, pero ayer no detecte ningún rastro de alcohol en su aliento. Pero ese día, ese día se veía tan no-el, como si e hubieran arrancado el alma, aunque no tenia, pero ustedes me entienden, se veía tan apagado, Bill nunca estaba así, su expresión era dura, fría, no era Bill.
- ¿Qué te sucede? – pregunte con curiosidad, el volvió la mirada hacia mi.
- ¿a mi?, nada – volvió la mirada al camino con una mirada en el volante y la otra libre.
- Eres raro.
- Bastante, ¿a que si?, ¿Por qué me lo dices?
- Ayer eras otra persona.
- ¿a que te refieres?
- ¿no lo recuerdas?
- ¿ayer?
- Si
- ¿en la noche? Si, si lo recuerdo.
- ¿entonces que sucede?
- Tu no me quieres.
Se me contrajo el pecho bruscamente, como si alguien me hubiera apuñalado en mi inerte corazón, yo lo quería, mucho, solo que no me atrevía a decirlo, tenia miedo. Suspire.
- hemos vivido casi nueve años juntos, eres como mi hermano, si te quiero.
- Pero no de la forma en que te quiero yo.
No dije ni una sola palabra mas, y Bill tampoco.
__________________________________________________________________________________
chicas perdon por no subir todos los dias, pero bue.. no lo are porque de verdad que el colegio me tiene muy llena ): talvez algun dia de estos suba dos cap seguidos, pero lo hare cuado tenga tiempo.
gracias (:
- ¡Bill, hay que irnos! – dije en un susurro desesperado.
- tranquila, sujétate fuerte – me mostró su espalda para que me subiera en esta. Bill corrió rápidamente, casi como un rayo, hasta el auto, me subí rápidamente al asiento del copiloto. Bill ya estaba dentro del auto, giro la llave y arrancamos a casa.
Al llegar me fui directamente a mi habitación, me puse el pijama y luego fui a la cocina por algo de comer. Allí se encontraba Bill con el ‘pijama’ puesto, si se podría decir pijama, solo estaba con un pantalón de buzo puesto, dejando al descubierto parte de su perfecto y blanco cuerpo, se podía ver perfectamente su tatuaje al costado de su cuerpo, su piercing en la tetilla, y un poco de su tatuaje cerca de la cadera.
- ¿Qué te paso allá? – dijo sacando helado de la heladera.
- ¿Qué?
- ¿desde cuando te pones nerviosa cuando cazamos?
- No tengo idea
- Estaba yo ahí…
- Si, ¿y?
- Nunca tienes miedo mientras YO este ahí contigo – dijo recalcando la palabra.
- ¿de que hablas?, claro que no
- Claro que si – dijo dando un paso adelante.
- Claro que no – dije imitando su acción.
Sin darme cuenta, acabe muy cerca de rostro de Bill. Trate de separarme de el, pero Bill tomó mi cintura, me acercó mas a el, y estampo sus labios en los míos. Se sentía… bien, ¿Qué?, Amy, ¿tu dijiste eso?, no, no puede ser. Bill se separo lentamente de mi.
- claro que si – dijo ‘retomando’ la pelea.
- ¿estas loco?, ¿Qué haces? – dije en una mezcla de nervios y rabia.
Bill sonrió y arqueó una ceja. Puse los ojos en blanco y me marché a mi habitación. Bill me siguió a esta.
- vamos – dijo como un niñito quejón que quiere su juguete devuelta.
- Bill… ¿has bebido?
- No
- ¿entonces que te pasa?
- Sabes que igual quieres
- ¡vas a dejar de…!
Bill no me dejo terminar la frase, y presiono fuertemente sus helados labios contra los míos, como lo había hecho hace pocos segundos, su lengua pidió permiso para encontrarse con la mía, y mi boca inconscientemente la dejó pasar, pude sentir su piercing, una pequeña bolita de metal que jugueteaba entre nuestras lenguas. Lo aparté bruscamente y le di una bofetada. No pareció dolerle, pero hizo una mueca de disgusto.
- ¡hey!
- ¡¿Quién te crees que eres?!
Sus ojos felinos me miraron con furia.
De repente se escucho un sonido desde la habitación de David.
- ¡vete, vete! – dije en susurro – David nos puede ver
Lo arrastre hacia la puerta y luego Bill se volteo para mirarme.
- esta bien, esta bien, me iré, pero no trates de creerte tus propias mentiras – bufé.
Bill me besó nuevamente, pero lo aparte de inmediato y cerré la puerta de mi habitación en su cara. Sentí sus pasos hacia su habitación. Luego apoye mi espalda contra la puerta cerrada. Estaba confundida. Creí que la mejor forma de aclarar mi mente seria irme a mi cama y dormir, pero no sucedió como lo planee, apenas pude dormir en toda la noche, estuve toda la noche pensando en lo que había pasado con Bill. ¿Qué carajo le pasaba?, ¿Por qué había hecho lo que había hecho? Amy, eres una maquina, olvídalo. Me decía a mi misma, pero de nada sirvió.
Al día siguiente David nos llamo a su oficina, genial, andaba con un humor de perros gracias a lo de Bill, y ahora a David se le ocurría mandarnos a cazar.
- chicos, siéntense.
¿Qué pasaba? David nunca nos hacia sentarnos.
- tengo que hablarles de algo importante.
- ¿Qué ocurre? – pregunte confundida.
- Chicos… - hizo una pausa – me entere de lo que paso ayer.
el aire se fue de mis pulmones, esto no podía estar pasando, David se había enterado de lo de Bill y yo.
- ¿Q-que?, n-no es lo que piensas.
Rayos, mis nervios no me ayudaban mucho, me alteraba el hecho de que a Bill no le parecía importar que David sabia lo de nosotros, estaba tan calmado, como si lo que había pasado la noche anterior era algo natural.
- Tranquila, solo traten que la próxima vez no los vean.
- ¿Qué? – pregunte confundida.
- Salieron en las noticias, un hombre los vio ayer en la playa, pero por suerte no los reconoció. – el aire parecio volver a mis pulmones. David no sabia lo de Bill y yo.
- Eehm.. OK.
- ¿nos llamaste solo para eso?. – pregunto Bill.
- No, tienen que ir a kurfürstendamm 38, ustedes sabrán que hacer.
- claro, si Amy no mete la pata de nuevo – trate de pegarle un puñetazo en el brazo, pero el detuvo este con su mano
- basta – dijo David en tono de regaño – solo asegúrense de hacer bien su trabajo, no me interesa si están enojados o no.
Me fui frustrada al auto, como siempre yo fui en el asiento del copiloto, y Bill en el asiento del conductor. Llegamos a aquella casa, era grande, no había nadie dentro de esta, al parecer.
Entramos por la puerta y revisamos cada rincón de la casa, pero no vimos a nadie, derepente vi una puerta al final de un pasillo, no habíamos revisado esa habitación, aunque no tenia ninguna esperanza viva de encontrar a alguien ahí, ya habíamos hecho bastante ruido al revisar la casa, ya nos habría escuchado.
- hey – dije llamando a Bill – nos falto esa – dije señalando la puerta.
- No vaya a ser que nos vean de nuevo – puse los ojos en blanco.
- Solo abre la maldita puerta.
Bill abrió la puerta silenciosamente, me sorprendí al ver lo que había dentro de aquella habitación, era un hombre durmiendo placidamente en una gran cama. Al parecer el hombre nos había oído, y abrió sus ojos confusamente, luego, al caer en la realidad puso cara de horror. Típico de los humanos. Yo clave mis ojos en los suyos.
- vamos – dije fríamente, no quería estar cerca de Bill, solo quería llegar a casa y encerrarme en mi habitación.
Bill se dirigió a la puerta y yo lo seguí. En el camino a casa nadie dijo nada, no entendía nada, parecía una persona distinta a la de ayer, talvez había bebido, pero ayer no detecte ningún rastro de alcohol en su aliento. Pero ese día, ese día se veía tan no-el, como si e hubieran arrancado el alma, aunque no tenia, pero ustedes me entienden, se veía tan apagado, Bill nunca estaba así, su expresión era dura, fría, no era Bill.
- ¿Qué te sucede? – pregunte con curiosidad, el volvió la mirada hacia mi.
- ¿a mi?, nada – volvió la mirada al camino con una mirada en el volante y la otra libre.
- Eres raro.
- Bastante, ¿a que si?, ¿Por qué me lo dices?
- Ayer eras otra persona.
- ¿a que te refieres?
- ¿no lo recuerdas?
- ¿ayer?
- Si
- ¿en la noche? Si, si lo recuerdo.
- ¿entonces que sucede?
- Tu no me quieres.
Se me contrajo el pecho bruscamente, como si alguien me hubiera apuñalado en mi inerte corazón, yo lo quería, mucho, solo que no me atrevía a decirlo, tenia miedo. Suspire.
- hemos vivido casi nueve años juntos, eres como mi hermano, si te quiero.
- Pero no de la forma en que te quiero yo.
No dije ni una sola palabra mas, y Bill tampoco.
__________________________________________________________________________________
chicas perdon por no subir todos los dias, pero bue.. no lo are porque de verdad que el colegio me tiene muy llena ): talvez algun dia de estos suba dos cap seguidos, pero lo hare cuado tenga tiempo.
gracias (:
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